LA IMPORTANCIA DEL AGUA EN LA CERVEZA

El agua es el principal constituyente del cuerpo humano. La cantidad media de agua contenida en un organismo adulto es del 65%. 

Según las recetas, la cerveza suele contener entre el 90 y el 98% de este elemento.

El proceso de elaboración de la cerveza es tremendamente ávido de agua. Se calcula que el conjunto de las operaciones de elaboración gasta una media de 7 veces el volumen final de cerveza en agua.

Las instalaciones menos eficientes pueden usar hasta 10 veces el mencionado volumen. Esto hace que la industria de la cerveza esté investigando de un tiempo acá las posibilidades de reducción de esta consunción por medio de reciclajes, filtrajes y otras opciones, para hacerla más sostenible.

Aparte de la ingente necesidad en volúmenes, la industria de la cerveza necesita aguas de calidades concretas según las recetas. En tiempos antiguos, cuando no existía una manera de escoger el agua como se hacía con los cereales o con el lúpulo, se construían las recetas por ensayo, acierto o error, alrededor de un tipo de agua, la cual, en general, era de fuente o de pozo. Los cerveceros probaban sistemáticamente las aguas que destinaban a hacer cerveza y las cervecerías se construían alrededor de este manantial de agua. Había pues muchas posibilidades, ya que las recetas que se desarrollaban alrededor de un acuífero eran muy parecidos. Al final todo el mundo hacía la mejor cerveza posible con la misma agua y, al final, todo el mundo acababa haciendo la misma receta. Así podemos decir que los estilos nacieron, en buena parte, gracias a la calidad del agua en una zona concreta.

Hoy en día, las cerveceras elaboran muchas recetas diferentes y, a menudo, tienen que adaptar el agua. En algunos casos, los cerveceros tienen que hacer auténticos malabarismos de química del agua para poder hacer uso en según qué recetas especialmente delicadas.